Higiene y asepsia son esenciales para garantizar la salud de los pacientes. Nuestros tratamientos están garantizados por los protocolos establecidos de higiene y desinfección. Si el tratamiento es una pequeña cavidad por caries, un curetaje o una intervención de implantes, cada instrumento ha seguido una cadena de esterilización.
Esta cadena es indispensable: se inicia con una desinfección y descontaminación de los instrumentos, posteriormente estos son lavados y secados para a continuación envasarse en bolsas cerradas y selladas que se depositarán en un esterilizador autoclave a 180 °C. A esta temperatura, ningún microorganismo sobrevive. Por lo tanto, todos los instrumentos se almacenan en bolsas estériles, que se abrirán en el momento de su uso.
Nuestros esterilizadores son supervisados regularmente mediante pruebas específicas. Una porción del material también es para un solo uso y los residuos orgánicos se almacenan en contenedores que se evacuan e incineran por una empresa especializada. Las superficies de los gabinetes se desinfectan sistemáticamente, utilizando desinfectantes acordes con las normas de seguridad establecidas.